miércoles, 17 de diciembre de 2008

Vida de perro...

A pesar de que me gustan como 3 o 4 "marcas" de perro, siempre he sentido una cercanía especial con los perros callejeros. Estos días comentaba con alguien como me encantaban esos perros de calle, bien 'choriflais', con esa picardía 'chilensis'. A veces hasta envidio su vida, por ejemplo mientras todo el mundo corre de un lado a otro, con preocupaciones varias en su cabeza, ellos buscan una sombrita y se echan a dormir todo el día ¡Quien como ellos! Si les da sed buscan un charquito de agua y toman sin importarles si es de la llave o si es de botella, o como se conforman y agradecen cualquier pedacito de comida que uno comparta con ellos...

Hay otros casos en que son pesados, te muerden los zapatos por detrás o se te tiran a morder las ruedas del auto...así como hay otros que me da pena ver tan maltratados, flaquitos...

Eran eso de las 2:30 AM cuando yo venía llegando de Santiago en mi auto, y al bajarme se me acerca un perrito que nunca había visto, de estos chasconcitos, todo cochino...Lo miré y saludé con mi típico saludo perruno: "Hola Compadre" a lo que este me respondió moviendo la colita muy alegremente. Acto seguido, me agaché y a pesar de lo cochino que estaba y de como se rascaba el pobre y le hice cariñito (cosa no muy común en mi, no hasta hace un tiempo) y me puse a hablar con él...puede sonar raro o loco, pero sentí como una especie de conexión especial con ese perrito, nunca había visto uno tan cariñoso...

En eso mientras bajaba unas bolsas y mi hermano, que me abría la reja, también se sorprendió de lo cariñoso del perrito, pero ambos coincidimos en algo y es que nunca habíamos visto un perrito tan falto de cariño. Mientras guardaba el auto, se metió a mi patio; intenté darle algo de comer pero no aceptó, lo único que quería era jugar y que le hicieran cariño...

Lamentablemente no pude quedármelo (a pesar de que lo pedí), por lo que lo tuve que echar...lo traté de espantar, pero ese perrito sabía que no lo quería dejar ir...y a tal punto que casi se me llenan los cántaros de agua, que el perrito desesperado se pasó apenas con su cuerpito peludo por encima de mi reja saltando y volvió a mi lado...le dejé la reja abierta y entré a mi casa para que se fuera...pero a más pesar mío y como nunca jamás me había pasado, el perrito se quedó esperando en mi puerta y se puso a llorar...Ahí tuve que pedirle a mi madre que lo echara, sino más iba a sufrir el pobrecito.

Fue raro, siempre me han gustado los perros, sobre todo los callejeros con caras simpáticas y tiernas, pero nunca me había dado tanta pena el tener que espantar a uno...creo que fue debido a que se notaba que ese perrito tenia necesidad de cariño, o no sé...es como la única explicación lógica...Fue mi primer perrito, me duró 30 minutos, pero creo que el recuerdo de él me durará por harto tiempo, esa carita tan tierna y como movía la colita no se me van a olvidar tan rápido...por esas características lo nombré Asesino...sólo espero que alguien lo pueda cobijar y darle el cariño que necesita.

Saludos,

José Luis

3 comentarios:

chabex dijo...

Es la expresión de ternura más grande que he visto en ti desde hace cuanto..6 años?!

Lástima que no pudiste quedarte con él.

un abrazo

Anónimo dijo...

Hace tiempo que no pasaba por aca, nada que decir primo, me conmoviste, principalmente porque esta es una de esas historias "A quien no le a ha pasado" y ahora que tengo un perrito y siento un cariño tan real... felicitaciones.

Silvia_D dijo...

Me gustó leerte, tienes buenos sentimientos, ojalá todo el mundo pensará así :)
Besos